Iglesia versus Aborto

Desde el día de ayer, la Iglesia ha organizado una campaña en contra de la nueva ley del aborto, esa que permite a niñas de 16 años abortar sin el consentimiento de sus padres hasta el plazo de casi 6 meses de embarazo.

La campaña consiste en exigir los derechos de los nonatos a nacer, comparándolos con los derechos de los animales (un lince en este caso), lo cual en mi opinión es el fallo de la campaña, ya que no tienen punto de comparación, si bien que esa comparación es una realidad.
A esta campaña se han sumado unos 1000 intelectuales entre científicos, biólogos, juristas, psiquiatras, pediatras, ginecólogos, filósofos, doctores, catedráticos y profesores universitarios (intelectuales de verdad, no los actores del "no a la guerra" y esos que quieren quemar libros que no concuerden con su credo, que intelecto poco pero sí mucha hipocresía).
Desde el ministerio de ¿Igualdad? se ha tratado esta ley a cachondeo en el sentido de las frívolas declaraciones de Bibíana Aído, en las que decía que si una chica se puede casar a los 16, que por qué no puede abortar.

El aborto por capricho es un crimen (salvo en casos excepcionales en los que la madre corra peligro su vida o el feto tenga malformaciones que le hagan sufrir), y defender la vida no es exclusiva de la Iglesia, sino del sentido común, aparte que no es una medida tan demandada como nos hace creer el gobierno.
Aparte que se está tratando el aborto como un anticonceptivo, lo cual promueve subliminalmente a no utilizar preservativos, y que abortar es un pasatiempo cuando en realidad puede suponer un peligro mortal a la madre.

Y una vez más, salió el talante y la tolerancia que impregna a este gobierno, haciendo entender que la Iglesia no tiene derecho a expresarse libremente, y lo dice el ministro de Sanidad, un ministro que se supone que trabaja para salvar vidas, no para promover el asesinato a inocentes. Lo dicho, hipocresía.

En fin, yo soy ateo y estoy en contra de cosas que hace la Iglesia, pero también a favor de otras, como el derecho a la vida, y por lo menos tengo tolerancia hacia ellos aunque no crea en religiones, cosa que la progresía socialista no hace, es más afirman que debería desaparecer, cuando es la Iglesia la que hace que muchas familias en paro tengan un lugar para comer.